Fabio Rufino | Cádiz
Un micro edificio, 2,70 mtrs de ancho, adosado a una muralla medieval y situado en el barrio más antiguo de la ciudad, esos eran los condicionantes de partida para adecuarla a dos viviendas con fines turísticos.
La propuesta perseguía dos objetivos básicamente, por un lado la puesta en valor de este volumen construido que se encontraba en estado de abandono, y por otra parte, que a través de esta intervención se consiga una mejora en el entorno de la muralla medieval y arco del pópulo.
Viviendas actuales sobre legado medieval
Por las condiciones del edificio, la propuesta plantea la implantación de dos viviendas tipo dúplex, repartidas entre la planta baja y primera y planta segunda y tercera respectivamente. Las dos viviendas tendrían su acceso desde planta baja, a través de un pequeño vestíbulo al que se accede desde la via pública desde uno de los huecos actuales de fachada.
Las dos viviendas tendrán el mismo programa, serán viviendas que contarán con un dormitorio, cuarto de baño y salón-comedor con cocina incorporada.
En la intervención. Se ha evitado el adosamiento de piezas interiores al lienzo de muralla, de manera que se interprete el edificio como una piel permeable que protege la muralla adosándose a ella pero sin alterar su composición actual ni el despiece de la sillería, incluso en muchos paramentos, se ha buscado dejar la piedra vista como elemento decorativo del interior del edificio. De esta manera, la persona que pasea por el barrio puede entender el edificio como algo adosado con posterioridad sobre un elemento de mayor relevancia histórica como una muralla medieval que ha sufrido alteraciones a lo largo de su historia.
Los revestimientos buscan aprovechar al máximo la luz, por lo tanto se han elegido colores claros en suelo y paredes. Para el mobiliario se ha combinado los muebles reciclados con mobiliario moderno que consiguen que el huésped sienta el paso del tiempo alojándose en estos dúplex
